A finales de 2020 la proporción de personas jóvenes que residía de manera autónoma se desplomaba, con una tasa de emancipación resultante del 15,8%.
La reactivación macroeconómica que se inició a partir del tercer trimestre de 2020 no se refleja a corto plazo en una mejora sustancial de las condiciones socioeconómicas de la poblaciónjoven, uno de los grupos más perjudicados por la crisis derivada de la COVID-19.