Juventud rural

¿Cómo está el tema sobre juventud rural?

¿Cómo está el tema sobre juventud rural?

La situación de la juventud en el ámbito rural viene marcada por el contexto social y económico actual y a partir del cual desde el Consejo de la Juventud de España desarrollamos una serie de propuestas firmes de actuación que ayuden a mejorar la situación que analizaremos posteriormente.

Las zonas rurales son núcleos de población dispersos y muy heterogéneos, donde la principal actividad económica fue hasta finales del siglo xix la agricultura y la ganadería. Estas actividades permitían a los y las habitantes de estas zonas mantener cierto grado de autosuficiencia, a través del aprovechamiento de sus recursos naturales. Sin embargo, a principios del siglo xx, coincidiendo con la expansión del sector industrial, estas actividades comenzaron a debilitarse, lo que dio lugar a la crisis que provocó el éxodo rural. Este proceso transformó el debilitamiento productivo, social, cultural, económico y medioambiental de la sociedad rural.

En este contexto se mueve la juventud rural de nuestros días, entre la incertidumbre que genera la falta de perspectivas de futuro y la desmotivación provocada por la desestructuración social y cultural de las comunidades rurales. Además, se encuentran en un entorno social en el que son minoría, por lo que resulta difícil establecer relaciones entre iguales. Ésta es la razón por la que la función del movimiento asociativo juvenil en las zonas rurales es de vital importancia. La presencia e implicación de la juventud rural en el proceso de desarrollo de las comunidades rurales es esencial para asegurar su continuidad y aportan un enorme potencial de renovación y dinamización.
 

La situación de la economía y el empleo


En España, al igual que ha ocurrido en el resto de Europa, se ha producido una fuerte caída del sector primario, que ha provocado fuertes desequilibrios en la base del sistema económico rural. Además, las principales industrias se situaron en torno a áreas superpobladas, donde tenían mayores facilidades de transporte sin dar opción a las zonas rurales a desarrollarse en otros sectores. Pero pese a la caída en el sector primario, la actividad agraria sigue formando parte de la estructura económica y social de las zonas rurales, y sigue estando representada por una parte importante de la población de este medio. Asimismo, el 20% de los y las jóvenes rurales trabaja en la agricultura en España, lo cual depende directamente de la tradición agraria de la zona, la propiedad del factor tierra y la capacidad de recuperación frente a la crisis sufrida por el sector primario.

Una de las dificultades para la continuidad de las explotaciones agrarias, y por lo tanto del mantenimiento del medio rural, es la problemática existente en el relevo generacional, ya que el 48% de las personas mayores de 54 años no tienen sucesor o sucesora en la agricultura. Otra dificultad íntimamente ligada a la anterior es que la titularidad de las explotaciones agrarias está, en un 60%, a nombre de personas que superan los 54 años, lo que impide el asumir la responsabilidad y desarrollar la iniciativa por parte de los y las jóvenes, lo que impide asimismo, la innovación y la modernización de las explotaciones en muchos de los casos. A su vez, esto va unido a la falta de profesionalización del sector agrario, lo que resta potencial a esta actividad.

La Política Agraria Común (P.A.C.) es un instrumento europeo conformado a través de las Organizaciones Comunes de Mercado (O.C.M.) y establece los reglamentos y regula las ayudas de las que es objeto el sector agrario a través de los denominados Comités de Gestión. Uno de los principales objetivos de la P.A.C. es aumentar la producción agraria a través de un sistema de producción industrializado y competitivo, lo que provoca en muchas ocasiones el cambio de agricultores y agricultoras por tecnología y expulsar a quienes no pueden entrar en esta dinámica competitiva. Además, provoca el agotamiento de recursos naturales, el empobrecimiento de los terrenos agrícolas y su desertización.

La agricultura se ha visto reducida a la producción de alimentos a expensas de su multifuncionalidad debido a las directrices marcadas por las subvenciones, lo que significa una pérdida de importancia en áreas como el desarrollo de la sostenibilidad, la protección del medio ambiente y la producción de productos de calidad. Los efectos de la globalización económica también son visibles en las zonas rurales: la privatización de antiguos servicios públicos, la desregularización, la competencia, etc. Existe un peligro constante de que estos efectos se refuercen y las zonas más débiles pierdan. El equipamiento de las zonas rurales con escuelas, oficinas de correos, estaciones de ferrocarril, pequeños comercios alimentarios, centros de salud, etc. han ido disminuyendo en los últimos años.

Para mejorar esta situación se deberían ejecutar medidas políticas, económicas, sociales y ecológicas teniendo en cuenta las necesidades de todos los seres humanos y por supuesto, en este caso, a la población rural.

En este contexto se mueve la juventud rural de nuestros días, entre la incertidumbre que genera la falta de perspectivas de futuro, la desmotivación provocada por la desestructuración social y cultural de las comunidades rurales y la pérdida progresiva de influencia, en términos de intereses públicos y políticos, en beneficio de las ciudades. Además, los y las jóvenes se encuentran en un entorno social en el que son minoría, por lo que resulta difícil establecer relaciones entre iguales. Ésta es la razón por la que la función del movimiento asociativo juvenil en las zonas rurales es de vital importancia. La presencia e implicación de la juventud rural en el proceso de desarrollo de las comunidades rurales es esencial para asegurar su continuidad y aportan un enorme potencial de renovación y dinamización.

 

 EMPLEO


Como podemos ver en las líneas anteriores, las zonas rurales se han visto reducidas a la producción de alimentos, cuando en realidad pueden ofrecer mucho más. Funciones como el comercio, numerosos puestos de trabajo y la vida cultural se han transferido a las zonas urbanas. A pesar de todo ello en el medio rural están surgiendo nuevas actividades, los denominados nuevos yacimientos de empleo, en respuesta a las demandas que tanto desde el interior como desde el exterior del medio rural se están generando. Estas nuevas actividades están basadas en la valorización de los recursos locales y de la calidad medioambiental, las nuevas demandas turísticas y de ocio, la segmentación y descentralización de mercados y la existencia de ayudas para la implantación de estas nuevas actividades.

La actitud de los y las jóvenes, y en especial las mujeres jóvenes, ante estas nuevas actividades es muy positiva y supone un impulso a la permanencia de la juventud en el ámbito mundo rural, lo que permite su desarrollo tanto personal como profesionalmente.

Desde el Consejo de la Juventud de España, entendemos que las acciones enfocadas a la generación de empleo deben basarse en el Libro Blanco de la Comisión Europea (Crecimiento, Competitividad y Empleo) que apuesta por la educación y la formación, por el aumento de la flexibilidad tanto externa como interna, por la confianza en la descentralización y la iniciativa, por la reducción del coste relativo del trabajo poco cualificado, por la renovación de las políticas de empleo y la localización de las nuevas necesidades.

 

NUEVAS TECNOLOGÍAS Y COMUNICACIONES


El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación permiten la creación flexible de empleo, que puede suponer una oportunidad para las zonas rurales. La utilización de las crecientes posibilidades en el área tecnológica (teletrabajo, publicidad y pedidos por Internet) puede utilizarse para la promoción de las zonas rurales como ubicación de servicios comerciales. De todos modos, debemos ser cautos ya que se puede contribuir a un mayor aislamiento, a una disminución de la vida social de sus habitantes. Creemos que el empleo y el comercio local deberían mantener su rol social en tanto sea posible, y es por ese motivo que también reclamamos la creación de infraestructuras que lo posibiliten. Aun así, cabe considerar que el desarrollo de las tecnologías de la información no es la solución a todos los problemas. El desarrollo de este sector nunca reemplazará la función productiva de las zonas rurales.
 

La situación social: Despoblamiento y envejecimiento de la población


La difícil situación socioeconómica que ha afectado a las regiones rurales españolas de la que hablábamos antes, ha provocado el progresivo despoblamiento de las mismas, dando lugar a un proceso de desertización en el medio rural.Esto es debido a la progresiva caída del sector primario, unido a la atracción generada por la evolución de las actividades industriales en los centros urbanos. Las difíciles condiciones de vida a las que se enfrenta la población de las zonas rurales contrastan con el sentimiento de bienestar y progreso que reflejaba la población de los centros urbanos, hecho que se aprecia más claramente en el caso de la juventud del medio rural.

Las razones por las que se dan estos fenómenos migratorios son múltiples y afectan especialmente a la juventud. Cabe destacar la falta de recursos económicos y materiales de la que adolece el medio rural. Además las limitaciones de formación e información hacen que para muchos y muchas jóvenes sea obligatorio el traslado a centros educativos de fuera de su localidad e incluso de su comarca. También, en el ámbito educativo, existe una falta de adecuación de la oferta formativa a las necesidades de la zona y una enorme falta de información de los programas formativos existentes. Otra causa de la migración de las zonas rurales es la falta de diversificación económica que existe en este ámbito y que obliga a muchos y muchas jóvenes a buscar empleo fuera del lugar de residencia. Sin duda, factores como el atractivo que ofrece la ciudad en cuanto a equipamientos e infraestructuras y el prestigio que ha supuesto durante mucho tiempo contar con un empleo en la ciudad, son factores que también influyen a este despoblamiento masivo que sufren las zonas rurales y que afecta muy especialmente a los y las jóvenes. De todas formas, no podemos olvidar las buenas prácticas procedentes de organizaciones juveniles que promueven iniciativas locales para posibilitar que la juventud se quede y contribuya al desarrollo local.

Las consecuencias del despoblamiento, también influido por un descenso de la natalidad y un aumento de la mortalidad, son múltiples pero cabe destacar el envejecimiento de la población, la escasez de infraestructuras, servicios mínimos y mano de obra, la falta de diversificación económica, el cambio en los usos del suelo, la masculinización de la población y la falta de cohesión social.

El incremento de la movilidad, la influencia de los medios de comunicación, el acceso a la tecnología y la gran valoración social del modo de vida urbano, con sus posibilidades más abiertas de crear vida, por citar algunos, han transformado las comunidades rurales en frágiles y han conducido a una pérdida de la solidaridad entre la población local.

A pesar de que las zonas rurales han evolucionado, aún quedan muchos tabúes por superar. Las minorías, la homosexualidad, los derechos de la mujer, etc. son temas menos visibles en las zonas rurales. Tomando como ejemplo uno de los temas transversales en el Consejo de la Juventud de España: mujer joven, podemos afirmar quelas mujeres jóvenes del medio rural tienen una mejor formación que los hombres y una mayor predisposición para la movilidad lo cual se manifiesta claramente en las tasas de emigración. Esto viene marcado también por el sistema patriarcal que ha impedido durante años la entrada de la mujer en la agricultura siendo mano de obra en el hogar. Actualmente, esto lleva a un elevado éxodo de la mujer del ámbito rural, produciendo la masculinización de las zonas rurales y por ende de las actividades agropecuarias (Moreno M., Politeia, 2003).

Los y las jóvenes rurales se encuentran entre «dos mundos», ya que se educan en una cultura que funde elementos urbanos y rurales y si aprovechan las oportunidades que se les brindan, normalmente este hecho conduce al traslado a las zonas urbanas, donde la juventud rural se encuentra con nuevos retos, como son el abandono de su herencia cultural y el comienzo de una nueva vida en la ciudad, donde intentan hacer frente a los cambios que han sufrido en el empleo, la familia y la comunidad.

 

BAJA DENSIDAD DE POBLACIÓN


Ésta es una característica propia de las zonas rurales, este hecho favorece el conocimiento y la relación más cercana de las personas, lo que no significa automáticamente que las relaciones sociales sean mejores. La proximidad entre los habitantes de los pueblos permite que se reúnan en comunidades y puedan organizarse mejor, lo que puede ayudar y promover el desarrollo de las zonas rurales.

 

Situación medioambiental


Las comunidades rurales han mantenido el equilibrio medioambiental a lo largo de los siglos, compaginando su actividad humana con el medio natural sin interferir en la evolución del sistema ecológico. Esa forma de actuar mantenía un equilibrio medioambiental que, sin embargo, está sufriendo alteraciones que han introducido dinámicas irreversibles que pueden llevar a la transformación radical del ecosistema.

Desde hace tiempo muchas de las decisiones sobre el uso del suelo están siendo tomadas desde las ciudades, donde se revalorizan con frecuencia ciertas zonas en función de los propios intereses y beneficios de las personas y empresas que toman esas decisiones, lo que afecta muy negativamente al equilibrio medioambiental del que hablábamos anteriormente. A su vez, la expansión industrial y urbanística ha supuesto en muchos casos el deterioro del medio ambiente por no realizar una planificación correcta de estas actuaciones.

La entrada de España en la Unión Europea en 1986 conllevó la adaptación de una serie de medidas con el fin de mitigar los efectos negativos de ciertas actividades sobre el medio ambiente. La implantación de la Evaluación de Impacto Ambiental (E.I.A.) a la hora de proponer cualquier proyecto en el ámbito rural es una de las medidas más importantes tomadas al respecto.
 

Cultura


La calidad de vida, la disponibilidad de terreno, el empleo, la protección del medio, la vivienda son ventajas que tienen las zonas rurales.

El turismo y el ocio son dos fuentes de mejora para las zonas rurales, que pueden aprovecharse para su desarrollo. Aunque tenemos que ser conscientes de que tenemos que encontrar un equilibrio entre el turismo y la agricultura. La sostenibilidad, el respeto a los seres humanos y sus culturas deberían ser centrales en el desarrollo rural y permitir a su vez el desarrollo de los pueblos manteniendo su identidad y forma de vida.

Una apuesta: el movimiento asociativo

En todo este análisis de una situación que pone en peligro el mantenimiento del medio rural, desde el Consejo de la Juventud de España apostamos por el movimiento asociativo como medio de participación social real de la juventud rural. Hemos comprobado que la presencia de la juventud en el desarrollo rural es imprescindible para la continuidad del mismo y, por lo tanto, el espacio de las asociaciones juveniles es un medio de crecimiento personal y de información necesario para hacer frente a los problemas que genera el medio rural.

Entendemos que la implicación y el desarrollo de los Consejos de Juventud y Organizaciones en el ámbito local, muy ligado a la promoción asociativa, son el medio para favorecer la información, los recursos, el desarrollo de iniciativas y la formación de la juventud en el medio rural. Además se evitará la desmotivación que sufre gran parte de los y las jóvenes del medio rural, y que es cauce de difusión de la importancia y riqueza del medio rural, así como la potencialidad del mismo.

Es importante invertir en políticas públicas de juventud que tengan especial acento en el ámbito rural, desarrollándose medidas adecuadas a las zonas de actuación y que tengan a los y las jóvenes como centros de estas políticas. Para ello, entendemos que la interlocución con los y las jóvenes y los agentes sociales, en el caso del medio rural, se convierte en una necesidad vital para que las políticas que se desarrollen sean verdaderamente efectivas.

 

SOSTENIBILIDAD

Desarrollo sostenible significa una combinación de las dimensiones social, económica y ecológica y el trabajo por un mundo donde todos y todas puedan satisfacer sus necesidades y donde las futuras generaciones tengan los recursos para hacerlo.

En las zonas rurales, el desarrollo sostenible también significa la elección de una agricultura que se preocupe por el medio ambiente y proteja la biodiversidad e implique desarrollo al mismo tiempo. Conscientes de los efectos de la acción humana sobre la naturaleza y la explotación continua de los recursos naturales, creemos que hay una necesidad de aumentar la concienciación medioambiental a todos los niveles. Para conseguirlo, tenemos que reconsiderar nuestro modo de vida ya que cada acción tiene sus consecuencias globales.

El desarrollo sostenible tendría que ser percibidocomo un elemento transversal en todo tipo de políticas y acciones que se desarrollen: es el momento de pensar globalmente para actuar en el ámbito local, nacional y internacional y así desarrollar una sociedad sostenible a través de un reparto justo de los recursos y con la mente puesta en las generaciones futuras. Las zonas rurales tienen un papel clave en este procesoy está en las manos de las generaciones más jóvenes la creación del diálogo en el ámbito social para llegar a una etapa en la cual la inquietud por la ecología sea igual a la opción por una mejora en la situación social y económica, una situación sostenible. El desarrollo sostenible también tiene que ver con asegurar el apoyo continuado a organizaciones sin fines lucrativos y reconocer su trabajo. Por ejemplo, la política juvenil tendría que ser apoyada y se tendrían que asegurar los recursos para desarrollar perspectivas a largo plazo.